Monday, May 25, 2009

Helena y la orquesta del mundo de las nieblas

Helena
y la orquesta del mundo de las nieblas

Dedicado a Hélène Grimaud

Capitulo 1 : El pueblo de Bussy

«¡ Déjenme en paz, no puedo ayudarles ahora ! grita Helena. Recobra el sentido y mira a su alrededor. La clase entera de segundo del Instituto Berlioz esta como paralizada alrededor de ella en una actitud de sorpresa y de consternación.
El primero en reír es Marc, como de costumbre : « ya esta, otra vez esta delirando… »
Vincent asienta con una risa sarcástica.
« Lussier, Fréau, basta ya » dice la Señora Fringer, respetable profesor de Física y Química quien esta bien decidida a no dejar que se instale el caos en su clase.

« ¿ Canta, que le pasa otra vez ? » Helena se encuentra en primer lugar sin voz, con toda la emoción que le sumerge tan brutalmente.

Y como explicar este otro mundo tan extraño y esas alucinaciones tan reales ? ¿Como explicar la profecía, la fortaleza negra, la cruz de fuego, el mundo de las nieblas y esas voces que le hablan y le piden socorro ?

« La voz de la piedra destruirá su poder », « la voz de la piedra destruirá su poder », esta frase que oye sin parar día y noche, de donde viene ? ¿ Como explicar lo que ni ella entiende ? Tienen razón, debo de estar loca » piensa.

Desde la desaparición de sus padres, nada funciona normalmente. La vida era tan sencilla y ahora es tan difícil. La ansiedad, ese mal invisible que roe desde el interior, ha tomado el control de su vida. ¿Adonde se han ido mis padres ? ¿Por que me dejaron sin decir nada ? ¿Que les ha pasado ? ¿Como vivir normalmente, como antes, ahora que todo ha cambiado ?

« ¿Señorita Canta, me parece que le he hecho una pregunta, me oye o debo utilizar el lenguaje de los signos ? Dice el profesor con una voz cansina, cerrando los ojos para expresar mejor su desprecio.

Señora Fringer, de lo alto de su metro cincuenta y ocho, no es una mujer quien se deje interrumpir sin contraatacar. Nerviosa con una fuerte personalidad, frustrada de no haber tenido hijos suyos, sus alumnos son sus sustitutos adoptivos, y cuidado, ser profesor de Física y Química no es cualquier cosa !

Helena odia el sentimiento de sentirse ruborizar, todas esas miradas fijadas en ella, la ocasión de divertirse y de sentirse superior no se falla cuando se esta en jauría.
« Lo siento, discúlpeme.»

«¿ Puedo seguir mi clase o tengo que sacarla de aquí? »

« No, esta bien, vale. »
« Muy bien, pues, ¿quien me puede decir la impedancia que debo poner en paralelo con Z2 para que el circuito este conectado? Lussier, usted que se hace el vivo... »

Un poco mas tarde por fin termina la clase. Sohane se acerca de Helena quien ordena sus cosas, la mirada bajada.
« ¿Qué tal Helena ? No es fácil todo esto.”
“¡Estoy harta, me siento estupida cuando ocurre, sobre todo así en medio de una clase, es una cosa tonta!
« Que mas te da, no es importante. Lo que cuenta es que nosotros te queramos y te apoyemos. »
Helena experimenta una brusca pulsión de lagrimas montar en ella, las ganas de aflojar, de hacer salir toda esa frustración y esa angustia que hierve en ella, las humillaciones, su diferencia, y sin embargo su amiga que la apoya siempre. Y que amiga, brillante, guapa, llena de misterio y de romanticismo, dotada y llena de facilidad en todos los campos. ¿Por qué una joven tan excepcional seria la amiga de una loca que grita en clase ?

¡Pero llorar delante de la clase, ni manera ! Les gustaría demasiado, seria demasiado fácil.

“Bueno chicas, ¿ el espectáculo esta terminado? Me gusto el episodio de hoy, pero fue un poco corto, ¿no quisierais hacernos una escena o dos otra vez?”
Ese es “Costia”, Constantin Miref, el amigo de Sohane y Helena, bastante esbelto, muy inteligente y culto aunque poco motivado por los estudios.

« Qué guay, ¿has venido en pijama hoy ? Esta bien ese pantalón, ¿existe también para una sola persona? » Le tira Sohane. Bastante guay el estilo de Costia, pantalón hyper « baggy » camiseta XXL flotando por encima, zapatillas de deporte cordones sueltos, un lector MP3 con los auriculares en las orejas, y a pesar de eso gafas de intelectual que lo traicionan…

« Bueno esta bien, prefiero no contestar, os espero fuera, ¿a no ser que os quedéis aquí a dormir ? »
« ¡Eso, vete fuera, así vamos a tener un poco de tranquilidad!” dice Sohane sin mirarlo siquiera.

En la calle del pueblo que se aleja del instituto, Helena, Sohane y Costia caminan juntos. Helena vuelve a su casa, y Sohane va a ver su caballo, « Fire », que esta en pensión en un prado que pertenece al padre de Costia.
«¡A ver, para saber si hay corriente, pones tu lengua encima, y si te vuelves azul, es que lo hay! » dice Costia de buen humor.
« Nos fastidias con tus historias, en definitiva eres solo un niño pequeño » ataca Sohane. Costia traga y se cierra, roto.

« Helena, ¿como esta tu abuelo, aguanta la situación ? »

« Hay va, pero casi no habla, esta como atolondrado por la desaparición de mis padres. Creo que pasa toda su energía en llamar a todo el mundo para dar un nuevo impulso a las investigaciones, en aguardar su entorno, en espiar el menor ruido, y por consiguiente no le quedan mas fuerzas para cualquier otra cosa. »

« ¿Ninguna noticia todavía por parte de la policía imagino ? »
« No, no entienden, no hay ninguna señal, ningún indicio de rapto, ningún móvil, se preguntan si no se han simplemente marchado y si no inventamos esta historia. Como soy menor de edad no tienen el derecho de abandonarme pero como esta mi abuelo me hubieran podido confiar a el…Por supuesto hablo desde el punto de vista de la policía, ya que se que es imposible. ¡La víspera hablaba con ellos, me acuesto, por la noche oigo gritos, bajo, y ya no estaban aquí! Todas sus cosas quedaron en su sitio, es imposible que se hayan ido voluntariamente de esa manera. ¡Y de todas formas es simplemente imposible que se hayan ido ! » dice Helena con frustración.
Comprendo perfectamente lo que sientes. Conozco bien a tus padres, todo el mundo aquí los aprecia, estoy segura que tuvieron un problema y que van a volver. Todo eso tiene obligatoriamente una explicación y se va a solucionar. De todas formas, tienes que estar convencida de que tus padres te quieren y que es imposible que te hayan dejado voluntariamente de esta manera. Tienes que aguantar hasta que se comprenda lo que les ocurrió. Se que es difícil para tu abuelo y para ti, si hay algo que podamos hacer… »
« Eres maja, Sohane, menos mal que estas aquí »
« ¡Si, pues yo, también estoy aquí, pero como al parecer cuanto por un cero ! » se exclama Costia.
« ¡Oh, pobre pequeño Constantin, que no se le toma en cuenta! » se burla Sohane.
« Gracias Costia, se que los dos sois amigos, no se lo que haría sin vosotros. »

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